Sobre hipotecas

Cómo funciona una hipoteca: todo lo que necesitas saber

28 may. 2023
TIEMPO DE LECTURA: 4 Mins

¿Crees que sabes lo que es una hipoteca? Es fácil que sí, pero de ahí a entender realmente cómo funciona hay un buen trecho. ¿Quieres recorrerlo? Pues es lo que vamos a hacer para que al acabar de leer este artículo  entiendas cómo funciona una hipoteca de verdad. Así podrás elegir la mejor hipoteca para ti, la que realmente te conviene.

Qué es y cómo funciona una hipoteca

Una hipoteca es un préstamo con garantía hipotecaria. ¿Y eso qué quiere decir?  

Una hipoteca es un préstamo donde la casa que compras actúa como garantía de este. Es decir, que en caso de impago la entidad financiera podrá ejecutar la garantía o, dicho de otra forma, reclamar la casa para saldar la deuda contraída. 

En eso consiste un préstamo hipotecario y así es como funciona una hipoteca. Solicitas un dinero (capital) que una entidad financiera te presta a un determinado tipo de interés y que vas devolviendo mes a mes en forma de cuotas. Si todo va bien, después de un tiempo habrás terminado de pagar el préstamo hipotecario y la casa será tuya ( recuerda que una vez terminado de pagar, hay un paso clave: el levantamiento de hipoteca.) 

Qué elementos componen la hipoteca

Ya sabes cómo funciona una hipoteca de forma esquemática. Ahora vamos a ir un paso más allá, porque una cosa es saber que se trata de un préstamo y otra conocer bien sus entresijos. Esto último es lo que de verdad te ayudará a escoger la hipoteca que tú quieras y acertar.  

Y es que lo más habitual al elegir una hipoteca es fijarse en la cuota, en lo que vas a pagar cada mes. Este dato también se suele usar para averiguar qué casa te puedes permitir con tu sueldo.  

Al final, la cuota es el resultado del resto de elementos que forman un préstamo hipotecario. A saber: el capital, el tipo de interés y el plazo.  

Ahora entenderás cómo se mezclan entre ellos y cómo afecta cada uno a la cuota y al funcionamiento de la hipoteca.  

El capital de la hipoteca

Este es fácil. El capital de la hipoteca es el dinero que pides prestado a la entidad financiera, que normalmente será de un 80% del valor de compra o del valor de tasación de la casa como mucho. 

Cuanto más dinero necesites, más grande será la hipoteca y mayor tenderá a ser la cuota. Esta correlación es muy simple y fácil de entender.  

El tipo de interés

Es el interés al que te presta el dinero la entidad financiera y los hay de varios tipos. De hecho, cuando se habla de tipos de hipoteca lo más normal es referirse al tipo de interés que se aplica.  

Se puede diferenciar entre tres tipos de hipotecas según los intereses que utilicen: hipotecas a tipo fijo, variable y mixto. Así funciona cada una: 

Hipotecas a tipo fijo, que como su propio nombre indica, cobran el mismo tipo de interés durante toda la vida del préstamo. Es decir, que con una hipoteca fija al 3,5%, ese será el porcentaje de interés que pagarás hasta el final.  

Hipotecas a tipo variable, que son hipotecas donde el tipo de interés cambia. Este tipo de préstamos cuentan con un índice de referencia (normalmente el euríbor) al que se suma un diferencial. Por ejemplo, euríbor + 1%. El tipo de interés se revisa de forma semestral o anual y se ajusta a lo que marque ese índice más el diferencial, que puede ser superior o inferior al dato anterior. 

Hipotecas a tipo mixto. Estos préstamos unen un periodo inicial a tipo fijo y otro a tipo variable después. Es decir, empiezas pagando un tipo fijo al principio de la hipoteca y al cabo de unos años pasan a un tipo variable. Como pueden ser un poco más liosas, aquí puedes ver en qué consiste una hipoteca mixta.  

El tipo de interés afecta de manera directa a la hipoteca. Cuanto más alto es el tipo a pagar, mayor es la cuota mensual del préstamo, como es lógico.  

Plazo de amortización

Es la duración de la hipoteca, el número de años del préstamo. Este dato es clave en el funcionamiento de la hipoteca y en la cuota mensual. 

La regla de oro es muy sencilla. Cuanto mayor sea el plazo de la hipoteca, menor será la cuota mensual. La razón es muy simple, el dinero a pagar se distribuye o divide entre más meses y, por lo tanto, los pagos mensuales son inferiores. 

A cambio, es posible que el interés total por la hipoteca sea mayor porque estás pagando intereses durante más años.  

Toda esta información y mucha más la puedes consultar en el cuadro de amortización de la hipoteca, que es uno de los documentos que recibirás antes de firmar la hipoteca.

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