Para comprar una casa hacen falta ahorros. Incluso con una hipoteca por el 100% hay ciertos gastos que necesitarás cubrir como los impuestos o los gastos de notaría. Además, cuanto más dinero aportes, más fácil será conseguir una hipoteca en mejores condiciones. Por eso, te vamos a explicar todas las claves para ahorrar para la entrada de un piso.
Todo lo que debes saber sobre la entrada de un piso
Es cierto que existen hipotecas al 100%, hipotecas jóvenes al 95% e hipotecas convencionales, que financian hasta un máximo del 80%. Pero, en todos los casos necesitarás tener un nivel de ahorro mínimo. Por eso, vamos a ver cuánto dinero te hará falta en cada uno de los casos:
En el primero de todos, el de la hipoteca al 100%, vas a necesitar un mínimo del 10% sobre el valor total de la vivienda. Este 10%, que puede variar ligeramente a la baja en cada comunidad autónoma o en cada caso particular, hace frente a los impuestos y gastos comunes que todos debemos pagar. Así que, el mínimo que debes tener ahorrado para dar la entrada de un piso es el 10% del valor final. O, dicho de otra manera, si la casa vale 150.000 euros, deberás contar con 15.000 euros.
Para las hipotecas jóvenes que muchos bancos ofertan y que pueden financiar hasta el 95% de la vivienda, el mínimo ahorrado debe ser el 15% del valor final. Es decir, el 10% para afrontar los gastos y los impuestos, más un 5% de entrada que el banco exigirá. Así, siguiendo el ejemplo anterior, en este caso necesitarías 20.000 euros. Aquí, la financiación – lo que el banco nos prestará – serán 145.000 euros.
Finalmente, las hipotecas más comunes son aquellas que financian un máximo del 80% para la primera vivienda. Como puedes deducir, en este supuesto necesitas un 20% de entrada para la compra del piso, que se la quedará el banco y la descontará de la financiación, y el 10% de los impuestos. Un total del 30%. Deberíamos aportar 15.000 euros de gastos, más 30.000 de entrada. Un total de 45.000 euros. En este caso, el importe financiado sería de 120.000 euros.
Por último, lo que debes saber en este punto es que, a menor financiación, también pagarás una menor cuota mensual. Es decir, que el que tenga una hipoteca convencional pagará bastante menos, ya que debe devolver 120.000 euros más intereses, que aquel el que opte por una hipoteca del 100%, que debería devolver 150.000 euros al banco, más los intereses generados.
Qué tener en cuenta a la hora de ahorrar para la entrada de un piso
Ahora que ya sabes cómo funcionan la entrada de una vivienda y el dinero que debes aportar, queda elegir la opción que mejor se adapta a ti:
El primer paso es saber cuánto vale la casa que quieres comprar o el máximo que deseas gastar. Una vez que lo tengas claro, sabremos el nivel de ahorro que necesitamos. Si el piso o precio máximo son 200.000 euros, debes tener ahorrados entre 20.000 y 60.000 euros, en función del tipo de hipoteca elegida.
El segundo paso es ver cuánto tienes ahorrado, si dispones de todo el capital que necesitas o no. Una vez lo sepas, queda pasar a la siguiente fase: crear un plan de ahorro. Aquí, entran aspectos personales como cuánto ganas, cuánto puedes ahorrar y cuánto tiempo te llevaría llegar al objetivo final.
Consejos para ahorrar para la entrada de un piso
Ahorrar puede estar al alcance de todos. De hecho, bastaría con fijarse un objetivo de ahorro de entre el 10% y el 20% de lo que ingresas. Para ello, lo ideal es que cojas todos los movimientos bancarios, un papel y un boli y te pongas a escribir. Escribe todos los gastos que tienes al mes y marca en otro color los que podrías reducir o eliminar. Todo lo que elimines o reduzcas, destínalo al ahorro.
Además, deberías establecer un presupuesto anual para gastos fijos y gastos adicionales. Por ejemplo, el seguro del coche, el cambio de aceite del vehículo, el pago del alquiler… si cada mes destinamos una cantidad para hacer frente al momento del pago, nos organizaremos mejor y prepararemos un buen colchón financiero.
Organiza tu ahorro para el corto y para el largo plazo
Ahora que ya sabes que deberías calcular un ahorro de entre el 10% y el 20% de lo que ganas, cabe hacer una división dentro para destinar dinero a esos gastos fijos o variables y tener un colchón financiero cómodo y otra división para el ahorro a largo plazo. Ese que te permitirá dar la entrada de un piso.
La parte que destines al largo plazo podrías destinarla a una cuenta de ahorro remunerada, a un depósito o a una inversión en activos financieros como fondos indexados, ETFs, fondos de inversión, etc. De esta manera podrías obtener rendimiento por el dinero ahorrado.
Veamos un ejemplo:
Carlos quiere comprarse una casa valorada en 150.000 euros con una hipoteca convencional, pero solo tiene ahorrados 20.000 euros. Por tanto, necesitaría 25.000 euros más.
Después de analizar sus finanzas personales, Carlos, que tiene un salario neto de 1.500 euros, calcula que puede ahorrar 200 euros al mes. De esos 200 euros, decide destinar 50 a los gastos fijos o variables y 150 al ahorro a largo plazo. Cada año podría ahorrar 1.800 euros. En lugar de dejarlo en su banco, Carlos opta por invertirlos en una cartera de inversiones que le genera un 5% anual. Además de esos 1.800 euros mensuales, decide añadir 15.000 euros más de esos 20.000 que tenía ahorrados.
El primer año, Carlos, en lugar de tener 16.800 euros, tiene 17.640. En 5 años, Carlos habría conseguido 29.587 euros, frente a los 24.000 euros que tendría sin invertir. En ocho años, Carlos lograría su objetivo, al tener 40.209 euros ahorrados más los 5.000 iniciales.