Todo tiene un comienzo y un final, también la vivienda. Cambiar de casa puede dar vértigo, pero hay ocasiones donde es la mejor opción sin duda alguna. La clave es conocer bien el proceso y cómo hacer este traspaso de una vivienda a otra de la mejor forma posible.
Por qué cambiar de casa… o no
Hay muchas razones para cambiar de casa y todas son igual de válidas, aunque algunas tienen más sentido que otras. La realidad es que, quien más y quien menos, tiene en mente cambiar de residencia.
Según los datos de Aedas Homes, casi un cuarto de la población querría mudarse en dos años y un 44,5% planean hacerlo en 5 años.
¿Cuáles son los motivos de cambiar de casa? Cuestiones básicas como la necesidad de una casa más grande porque se ha ampliado la familia o se pretende hacerlo. En esta misma línea, también puede ser un cambio de barrio por los niños, porque han cambiado tus preferencias o porque cuadra mejor en tu plan financiero (hay barrios y zonas más baratas que otras).
También hay quienes quieren dejar su casa porque ya está vieja o simplemente buscan una casa mejor.
Estas son las razones para cambiar de casa y su peso variará según las preferencias de cada persona. Que nadie te diga que una es más fuerte que la otra, porque solo tú sabes en qué situación te encuentras.
A partir de ahí, hay momentos donde mudarse puede ser una buena idea como cuando deseas independizarte, cambian las necesidades familiares o laborales o, simplemente, mejora tu situación económica.
Ventajas y desventajas de cambiar de casa
Las ventajas de cambiar de vivienda parecen claras, aunque pueden variar según cada caso:
Ampliar el espacio con una casa más grande
Adaptar tu vivienda a tu realidad económica o a tus planes económicos (porque ganas más o menos y quieres ahorrar en la hipoteca)
Mejorar la calidad de vida con un cambio de zona
Ahorrar dinero con una hipoteca o un alquiler mejor
La parte negativa también está clara y empieza con la engorrosa mudanza y sus cajas. Por supuesto, también surgirán costes adicionales y todo un proceso de búsqueda, que puede ser una gran aventura si lo enfocas adecuadamente.
Cambiar una casa por otra: consejos para tener éxito
¿Qué puedes hacer para que esta aventura llegue a buen puerto? Si quieres disfrutar del proceso de búsqueda, no gastar de más y acertar con tu decisión, estos consejos te ayudarán a lograrlo:
Presupuesto
Lo primero y quizás lo más importante de todo el proceso: cuánto quieres gastar en el cambio de casa. Fija claramente tu presupuesto para no gastar más de la cuenta y evitar enamorarte de viviendas que después no podrás pagar, que es un error muy habitual al comprar casa.
En pocas palabras, calcula qué casa te puedes permitir con tu salario teniendo en cuenta la cantidad máxima que te financiará el banco y el resto de gastos de la vivienda. Para hacerlo puedes usar este simulador hipotecario.
Tipo de vivienda y el barrio
Recuerda por qué quieres cambiar de casa y qué buscas con la mudanza. Eso pasa por investigar y centrar bien el tipo de vivienda que buscas y el barrio o barrios en los que estás dispuesto a vivir.
De nuevo, así evitarás perder tiempo mirando casas que no te interesan de verdad. Eso sí, cuidado con acotar demasiado tu objetivo porque entonces puedes tardar mucho en cambiar de casa o pagar más de la cuenta.
En cualquier caso, explora bien el barrio de destino antes de decidir.
Haz tus deberes antes de comprar
¿Quién es el dueño de la casa? ¿Tiene cargas hipotecarias? ¿Cuál es el estado del edificio? Todas esas son preguntas que debes responder. La nota simple registral te dará información sobre el vendedor de la casa y el estado legal del inmueble.
Para todo lo relacionado con el estado de la casa, posibles derramas o problemas en el edificio, puedes preguntar a los vecinos o al portero.
Ten claros los plazos, asegúrate de que siempre tendrás un techo. Uno de los aspectos clave al cambiar de casa son los tiempos entre dejar la antigua vivienda y entrar en la nueva. Más allá de planificar el día de la mudanza, es importante afinar los plazos de entrada y salida, tanto si vives de alquiler como si la casa que dejas está en propiedad.
Si necesitas hacer obras en la nueva vivienda, recuerda que la reforma puede retrasarse, igual que si compras una casa de obra nueva. Lo último que querrás es que llegue el momento de cambiar de casa y que la nueva vivienda no esté lista.
La solución pasa por dejar un tiempo de margen para el cambio, especialmente si tienes que vender tu casa o vives de alquiler y sabes que el casero no extenderá el contrato por uno o dos meses.
Si necesitas vender la casa para comprar la nueva, no te preocupes porque hay soluciones de financiación. Ahora las verás.
¿Qué pasa con la hipoteca?
La mayoría de los cambios de casa son para mejorar, eso implica una casa más grande y también más cara. En otras palabras, una nueva hipoteca.
Existe un tipo de hipoteca especial para cambiar de casa. Está pensada para quienes necesitan vender su antigua casa para comprar una nueva: se trata de la hipoteca puente, un préstamo hipotecario pensado para cambiar de casa y con la que normalmente dejarás de pagar la primera hipoteca hasta que vendas tu vivienda. Este tipo de hipotecas de cambio de casa también suelen incluir periodos de carencia inicial donde no se paga nada o solo se abonan intereses.
Con la hipoteca puente podrás comprar la nueva casa y después vender la antigua, de manera que no te tendrás que preocupar tanto por los plazos.
Y si no necesitas una hipoteca puente, pero sí hacer cambios en la casa, recuerda que hay hipotecas para comprar y reformar que juntan los dos préstamos en uno.
La Opción 1+1
Por último, también puedes aprovechar el cambio de casa para convertirte en arrendador. Es lo que podríamos denominar la opción 1+1.
En otras palabras, cambiarte de casa y quedarte con la antigua para alquilarla. Si tiene hipoteca, el alquiler puede cubrir su coste e incluso darte un dinero extra para afrontar la mudanza. Además, cuando termines de pagar esa hipoteca, tendrás un ingreso pasivo todos los meses.
¿Y la nueva vivienda? Puedes financiar el cambio de casa con una hipoteca, como lo harías normalmente.
