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TIN y TAE: ¿qué son y en qué se diferencian?

13 ene. 2020
TIEMPO DE LECTURA: 2 Mins

TIN y TAE: ¿qué son y en qué se diferencian?

A la hora de solicitar un crédito o un préstamo hipotecario, hay dos siglas que escucharemos con frecuencia: TIN y TAE. Saber a qué se refiere cada una de ellas es muy importante, porque interpretarlas correctamente nos evitará llevarnos desagradables sorpresas.

Para que esto no ocurra, en Hipotecas.com profundizamos en los conceptos de TIN y TAE, sus peculiaridades y las razones de que su diferenciación sea tan relevante para los consumidores.

Conceptos de TIN y TAE

Cuando hablamos de TIN y TAE nos estamos refiriendo a dos modalidades de tipos de interés, entendidos como la suma que que se paga -o se recibe- por obtener en préstamo una cantidad de dinero, expresada en términos porcentuales. Sin embargo, aunque están muy relacionados, ambos conceptos no representan la misma realidad, sino que el primero es solo uno de los parámetros que se emplean para calcular el segundo.

En concreto, el Tipo de Interés Nominal o TIN consiste en el precio que aplica la entidad financiera sobre un préstamo, es decir, indica el interés propiamente dicho que nos cobra el banco por el crédito, sin tener en cuenta ningún tipo de gasto asociado a la operación.

¿Esto nos va a indicar lo que vamos a pagar realmente por la hipoteca? No, para ello debemos acudir a la TAE (Tasa Anual Equivalente), un tipo de interés que indica, en forma de tanto por ciento anual, el coste o rendimiento efectivo de un producto financiero, incluyendo en su cálculo el interés nominal, algunos gastos de constitución (tasación, notaría, inscripción registral, impuestos…) y las comisiones bancarias (apertura, estudio…).

Diferencias entre TIN y TAE

Por tanto, pese a sus similitudes, el TIN y TAE presentan diferencias que el usuario debe tener claras:

  • Cálculo. A diferencia de la TAE, en el TIN no se tienen en cuenta ningún tipo de comisión o gasto asociado a la operación, solo el tipo de interés que el banco aplica.
  • Coste. Debido a que la TAE tiene en cuenta más elementos para su cálculo que el TIN, el primero siempre será superior al segundo.
  • Plazos. El TIN puede establecerse en distintos formatos temporales (diario, semanal, mensual, trimestral, semestral o anual), mientras que la TAE está expresada en términos anuales. Por tanto, antes de compararlos es importante convertir el TIN es un parámetro anual.

La importancia de la diferenciación

De este modo, si queremos saber cuánto nos va a costar el préstamo o si necesitamos comparar ofertas de diferentes entidades financieras, la recomendación es fijarnos en la TAE (siempre que la duración del crédito sea similar), pues facilita una visión más real sobre el coste final de la deuda.

De hecho, pueden darse situaciones en las que la entidad de crédito nos ofrece un TIN al O% y caer en el error de pensar que el préstamo nos está saliendo “gratis”, sin intereses, pero lo cierto es que la TAE será positiva al sumarle el resto de conceptos que se aplican sobre el crédito. O que consideremos más oportuna una oferta porque el TIN es más bajo que otra propuesta, pero nos percatemos, al sumarle el resto de conceptos, que el coste real del crédito es mayor en la segunda.

Por cierto, aunque la normativa bancaria obliga a las entidades financieras a informar a los clientes sobre la TAE, para conocer cuál es el porcentaje aplicable, el Banco de España dispone de una calculadora de TAE con la que podremos cuantificar esta tasa introduciendo los datos del préstamo.

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