
Tres helados caseros para refrescarte
Con los helados caseros que te proponemos en este post, podrás disfrutar de un postre rico, fresco y natural. ¿Y sabes lo mejor? Algunos de ellos son bajos en calorías porque tienen a la fruta como gran protagonista. ¿Te animas a probarlos?
Yogur helado de fresa natural
El primer helado casero que te proponemos lo tendrás listo en menos de 2 minutos. ¿No te lo crees? Pues echa un vistazo a este vídeo del canal especializado FitFood y verás que lo único que necesitas será tener fresas en el congelador, un yogur y miel para endulzar al gusto. Mete todo en una picadora y… ¡voilà! Ya tienes tu helado casero, sin conservantes y con muchas menos calorías que los envasados, listo para degustar. ¡Ah! Si tienes un limón en la nevera, puedes rociar las fresas con él para evitar que se oxiden.
Polos de limón y leche condensada
Esta segunda propuesta de Lo He Cocinado Yo (LHCY) tiene más calorías que la anterior, pero te prometemos que merece la pena. Estos polos helados de limón y leche condesada, serán la perdición de grandes y pequeños. Además, se tarda poquísimo en hacerlos y solo necesitan 500 ml de leche desnatada, 370 gramos de leche condensada, 170 gramos de zumo de limón recién exprimido y un molde para polos. Hay que mezclar todo muy bien, rellenar los moldes y guardar en el congelador al menos durante cuatro horas. Como ves, lo más difícil es esperar a que estén helados.
Helados caseros de plátano y mango
La última propuesta de helados caseros también es del portal Lo he cocinado yo. Son unos exóticos helados caseros con los que podrás aprovechar la fruta madura que tienes en la nevera. En este caso no hace falta que la fruta esté congelada previamente, por lo que puedes prepararlos en cualquier momento y serán un postre ideal cuando tengas invitados en casa. ¿Qué necesitas? 2 plátanos medianos, 3 mangos grandes, 250 gramos de yogur griego natural y, en el caso de que te gusten las cosas muy dulces, miel o sirope de ágave para endulzar al gusto. Como siempre, hay que mezclar muy bien todos los ingredientes con una batidora o un robot de cocina. Se puede consumir al momento o, si lo prefieres, meter en el congelador unos minutos para que se endurezca. Fácil, ¿verdad?