Comprar una vivienda debe ser una de las decisiones más meditadas a lo largo de nuestra vida, porque supone un desembolso económico muy importante. En el momento de calcular la inversión que haremos, tendremos que tener en cuenta no sólo el precio final de venta y el presupuesto de reforma, en caso de que fuera necesaria, sino también los impuestos y otros gastos que deberemos asumir durante la compra y la constitución del préstamo hipotecario. Estos gastos pueden suponer un incremento de entre el 10% y el 15%, aproximadamente, del precio inicial de venta.
¿Qué impuestos conlleva la compra-venta de una vivienda?
En este caso, es necesario hacer una distinción entre la adquisición de una vivienda nueva, o de primera mano, y la compra de una propiedad de segunda mano:
- Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA): lo tendremos que abonar si compramos una vivienda nueva. En las viviendas libres está fijado en el 10% del importe escriturado. En las de protección oficial, de régimen especial y de promoción pública, este impuesto es del 4%.
- Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP): es el impuesto a pagar en caso de adquirir una vivienda de segunda mano. Este tipo de interés oscilará entre el 6% y el 11%, dependiendo de la comunidad autónoma en la que compremos la vivienda.
Además de estos dos grandes impuestos vinculados a la compra-venta de una vivienda, durante el proceso también debemos tener en cuenta un tercer impuesto, el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (IAJD).
El IAJD se paga en todas las operaciones de compra-venta, se fija en función del precio escriturado de la propiedad y su valor depende, como en el ITP, de cada comunidad autónoma. Puede variar entre el 0,5% y el 1,25% sobre la responsabilidad hipotecaria total, una cifra que resulta más elevada que el capital total de la hipoteca ya que tendrá en cuenta, además del importe del préstamo hipotecario, otros aspectos como los intereses o los gastos de constitución.
¿Qué gastos supone la contratación del préstamo hipotecario?
Además de los impuestos asociados a la operación de compraventa, en el momento de contratar un préstamo hipotecario y formalizar la operación, también debemos tener en cuenta otros gastos importantes que tendremos que asumir:
- Tasación: para poder establecer el valor sobre el cual se puede constituir una hipoteca, la entidad bancaria deberá encargar a un tercero la tasación de la propiedad que queremos comprar. Es obligatoria por ley y su coste varía entre los 250 y 500 euros según la sociedad de tasación.
- Gastos de Notario: el Notario es el encargado de dar fe pública de las escrituras de compra-venta y también de la hipoteca. Sus honorarios se calculan también en base a la responsabilidad hipotecaria total. Pueden superar los 1.000 euros.
- Honorarios del registro de la propiedad: básicamente es el importe que hay que abonar por inscribir la hipoteca sobre la vivienda. Esta inscripción se realiza a través del registro de la propiedad que corresponda.
Además de estos tres gastos, cuando formalicemos la hipoteca también deberemos tener en cuenta si hemos pactado con la entidad bancaria una comisión de apertura. Ésta comisión se suele calcular aplicando un porcentaje al capital prestado y que variará en función de la entidad con la que formalicemos nuestro préstamo hipotecario.
